El aragonés o lengua aragonesa
El aragonés es un idioma autóctono de Aragón, de filiación románica, y está considerado por el Atlas Interactivo UNESCO de las Lenguas en Peligro en el Mundo como una lengua en peligro de desaparición. A pesar de sus graves problemas sociolingüísticos, el aragonés posee su propia gramática y una literatura más que aceptable.
En Aragón, el aragonés está reconocido como lengua propia por diferentes instrumentos legales, como el Estatuto de Autonomía o la vigente Ley de Lenguas de Aragón. Sin embargo no goza de un régimen de cooficialidad.
Desde el punto de vista filológico, se trata de un dialecto del latín, lo mismo que el castellano, el italiano o el francés y su nacimiento como lengua se produjo prácticamente a la vez que el de los otros cuatro idiomas romances de la Península Ibérica: el gallego-portugués, el asturiano-leonés, el castellano y el catalán. Esto ocurría a finales del primer milenio y así culminaba el proceso de romanización. Sin embargo, este proceso no fue completo, ya que en gran parte del entorno del Pirineo se conservó una lengua primigenia de la que ha derivado el euskera actual y que todavía se identifica en la toponimia.Con el inicio del segundo milenio, el aragonés se extendió hacia el Sur al tiempo que avanzaba la Reconquista: las gentes venidas del Norte iban repoblando los nuevos territorios que recuperaban los cristianos. En su avance, el aragonés estaba flanqueado por el castellano y el catalán que se expandían a la vez. En sus mejores tiempos, el aragonés llegó hasta Murcia, donde todavía hoy se observan numerosos giros aragoneses, especialmente en el habla de la huerta; el «panocho».
Las primeras obras literarias en las que aparecen mayoritariamente formas romances genuinamente aragonesas son de finales del siglo XII y comienzos del XIII. Cabe destacar la obra de Johan Ferrández d’Heredia que, en el siglo XIV tradujo al aragonés a los clásicos griegos. No obstante, al permanecer el latín en Aragón como lengua escrita durante mucho tiempo, el aragonés no cuajó como lengua literaria culta, aunque existió una literatura popular en aragonés que no alcanzó aceptación en los niveles sociales altos. De hecho, la «época dorada» nunca llegó para esta lengua, pues muy pronto, el centro político de la Corona de Aragón se desplazó hacia Cataluña y el Mediterráneo. La posterior entrada de una dinastía castellana en Aragón, influyó decisivamente en el auge del castellano a costa del aragonés, que poco a poco fue perdiendo terreno. Y no sólo en sentido geográfico sino también social, llegando a estar considerado este idioma como una forma de hablar rústica e impropia.
A lo largo del siglo XX, el proceso de desintegración del aragonés se vio acentuado, primero por la Guerra Civil española y, después, por el fenómeno de la despoblación, a veces fomentado por el propio Estado, tal y como ocurrió con la política hidráulica y forestal.
Actualmente el aragonés se conserva, mermado y empobrecido, en el norte de Aragón, en el área aproximadamente delimitada por la línea Ansó – Santolaria -Fonz – Benás. Sus fronteras lingüísticas por el sur y el oeste están muy difuminadas a causa de la castellanización; por el este, la transición gradual del aragonés al catalán se hace a través del ribagorzano, mientras que por el norte, la frontera administrativa conforma también los límites con el occitano.
Según los datos obtenidos a través del Censo de Población y Viviendas de 2011 del Instituto Nacional de Estadística, explotados por el Seminario Aragonés de Sociolingüística (https://zaguan.unizar.es/record/60448/files/BOOK-2017-009.pdf) el número de hablantes del aragonés sería de 25.556 personas. Los conocedores de esta lengua se elevarían hasta los 56.235 si incluimos también a quienes solo lo entienden.
En las últimas décadas se aprecia un progreso evidente, tanto en lo que respecta al estudio y conocimiento del aragonés, como en lo relativo a su cultivo literario, enseñanza, difusión y consideración social. Se han realizado importantes aportaciones en el campo de los estudios dialectales, trabajos gramaticales y estudios léxicos. Además se ha cultivado mucho más literariamente, tanto la narrativa como la poesía. La edición en aragonés se ha diversificado, existiendo varias editoriales que publican en aragonés, al tiempo que se han creado nuevas colecciones de libros y revistas en aragonés.
Un fenómeno importante es el de la música en aragonés, que se ha incrementado notablemente en los últimos años, existiendo más de una veintena de grupos musicales que cantan total o parcialmente en aragonés.
Hay que destacar la gran actividad que se desarrolla en pro de esta lengua desde el mundo asociativo, a través de numerosas entidades sin ánimo de lucro distribuidas fundamentalmente por el Alto Aragón y Zaragoza capital. Es de reseñar que el interés por la recuperación del aragonés en el conjunto del territorio aragonés, al sur de la actual línea que delimita el área de lengua aragonesa.
Por el contrario, el uso en los medios de comunicación de mayor difusión y en la Administración, es todavía muy escaso.
En el aspecto educativo, hay que señalar que la enseñanza de aragonés ha estado muchos años ausente en la educación primaria y secundaria en el Alto Aragón, incumpliéndose lo exigido en nuestro Estatuto de Autonomía. Sin embargo en los últimos años se han producido avances notables, de modo que en la actualidad se imparte aragonés a cerca de mil alumnos repartidos por unos 30 centros del Alto Aragón, fundamentalmente de infantil y primaria.
En la Universidad de Zaragoza, el aragonés recibe un tratamiento desigual, sin que exista un área de filología aragonesa que contribuya a dignificar esta lengua en el ámbito universitario. No obstante, desde la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación (Campus de Huesca) se viene impartiendo en los últimos años el Diploma de Especialización en Filología Aragonesa, que tiene como objetivo principal la formación específica de profesores de lengua aragonesa para los centros educativos no universitarios de Aragón. Igualmente, desde el curso 2020-2021 la Universidad de Zaragoza incorpora la nueva Mención de Lengua Aragonesa dentro de los planes de estudio de los grados de Educación Infantil y Primaria. Dicha Mención se imparte en la facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca. Además, en el curso 2022-2023, el campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza incorpora cursos de lengua aragonesa dirigidos a sus estudiantes de enseñanzas oficiales. Estos cursos son impartidos por profesorado de la especialidad de Lengua Aragonesa de la facultad de Ciencias Humanas y de la Educación.
Aunque normalmente sólo suelen distinguirse hablas o dialectos locales, cabe considerar cuatro amplias zonas o grandes modalidades de aragonés, que más que dialectos habría que denominar “complejos dialectales”:
- El aragonés de la zona occidental, en toda la cuenca del río Aragón, donde sobresalen como más caracterizados el ansotano y el cheso.
- El aragonés pirenaico central, desde el río Gállego hasta el río Cinca, y por el sur hasta el Basa y el Guarga, Sobresalen aquí el tensino —y su variedad mejor conservada, el panticuto —, el belsetán y el aragonés del Ballibió.
- El aragonés de la zona oriental, del Cinca a la cuenca del Ésera, con el chistabino, el fobano, el benasqués así como todas las hablas aragonesas ribagorzanas y de transición al catalán.
- El aragonés somontanés, en el entorno de Ayerbe y somontanos de Uesca y Balbastro, es quizá el aragonés más castellanizado (sobre todo en las zonas más meridionales), pero también el más homogéneo a lo largo de todo su territorio.