· EL ARAGONÉS BENASQUÉS PIEZA FUNDAMENTAL EN EL NUEVO PARQUE CULTURAL «VALL DE BENÁS»
El Consejo de Gobierno da luz verde al decreto por el que se crea esta figura de promoción y protección que engloba a 9 municipios del Valle de Benasque
El patués, las fallas del Pirineo, los bailes populares, el paisaje natural y el arte románico forman parte de los 340 recursos inventariados en este parque cultural
El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy el decreto por el que se declara el Parque Cultural Vall de Benás (Huesca) y se convierte así en una figura legal con experiencia contrastada en conservación y protección del patrimonio cultural que ha demostrado ser un medio eficaz para el desarrollo sostenible en el ámbito rural aragonés. Con este parque cultural, el Valle de Benasque aúna el valor de su patrimonio cultural y natural, que reúne arte, paisaje, cultura, naturaleza, tradiciones y turismo y que goza de protección y promoción.
El Parque Cultural Vall de Benás comprende los términos municipales de Benasque/Benás, Bisaurri, Castejón de Sos/Castilló de Sos, Chía, Laspaúles, Sahún, Seira, Sesué y Villanova/Vilanova -todos ellos en la comarca oscense de La Ribagorza- y queda inscrito en el registro de Parques Culturales de Aragón junto a los ya existentes: San Juan de la Peña, Río Vero, Albarracín, Río Martín, Maestrazgo y Chopo Cabecero del Alto Alfambra.
El Parque Cultural Vall de Benás incluye un inventario con unos 340 recursos del riquísimo patrimonio cultural de la zona como es el patués o benasqués (variedad nororiental del aragonés), las fallas, el palacio de los Condes de Ribagorza, el dolmen de Ramastué o la torre Rhins de Laspaúles, entre muchos otros.
Hay que recordar que el río Ésera, desde su nacimiento en el Plan de Están hasta su salida aguas debajo de Seira, define un territorio que queda enmarcado al norte por el Pirineo Axial y lateralmente por las sierras interiores, en las que se ha abierto paso el Valle de Benasque/la Vall de Benás. Este espacio no solo es una unidad física, sino que, en virtud de las características orográficas y por el contacto histórico con otras comunidades humanas próximas, tiene unos rasgos culturales, sociales y económicos que le confieren identidad propia.
El poblamiento y el aprovechamiento tradicional de los recursos naturales, fundamentalmente mediante la actividad ganadera y forestal, ha generado unos prados de diente y de siega que constituyen un paisaje cultural además de unos agrosistemas de interés ecológico.
En paralelo, y a lo largo de los siglos, se ha ido configurando un riquísimo patrimonio cultural inmaterial que se manifiesta en las fiestas populares, como las fallas que forman parte de las fiestas del fuego del solsticio de verano, incluidas por la UNESCO en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y declaradas Bien Catalogado Inmaterial.
La singular cultura inmaterial del Valle de Benasque/La Vall de Benás se manifiesta en otras fiestas como los bailes populares, los juegos tradicionales, las canciones, los cuentos y las leyendas.
Una de las manifestaciones culturales más importantes de este territorio es el patués o benasqués, variedad nororiental del aragonés que tiene un uso habitual y extendido en la comunicación oral entre la población local y que, además, tiene una creciente presencia social y en el sistema educativo.
El parque recoge también la arquitectura popular: las casas tradicionales construidas en piedra y madera entre los siglos XIV y XVIII que fueron incorporando elementos de los diferentes estilos artísticos, desde el gótico hasta el neclásico. Asimismo, incluye las huellas del arte románico en la arquitectura de la zona, el paisaje singular que ha conformado el escenario vital de generaciones de montañeses y una cultura inmaterial que se manifiesta en el aprovechamiento de los recursos, en las tradiciones festivas, en la lengua y en otras expresiones culturales.
El decreto aprobado hoy se publicará próximamente en el Boletín Oficial de Aragón y se notificará a los ayuntamientos integrantes del Parque.